NUEVA YORK (ESPN) -- "Estoy muy feliz por tí". Luego de una hora y 38 minutos de acción sus oídos se encontraron con esas cálidas palabras. No fueron de una rival común. La frase salió de la boca de su hermana, quien le dio dura batalla en los cuartos de final del US Open. Hubiese sido una verdadera irónía que fuera ella la encargada de ponerle fin al sueño. No hubo utopías. Serena se impuso a Venus en tres sets, por 6-2, 1-6 y 6-3 y avanzó a semifinales del Abierto de Estados Unidos. Sólo dos victorias la separan del Grand Slam de año, proeza que no se logra desde que lo hiciera Steffi Graf en 1988.
La expresión de Serena en el momento del abrazo lo dice todo. No fue un partido más para ella.
"Somos duras competidoras en cancha, pero una vez que el partido ha terminado somos hermanas, somos compañeras", remarcó la N°1 del mundo en conferencia de prensa post victoria, que significó su 16° éxito en 27 enfrentamientos. "Ella tuvo un nivel increíble. Probablemente haya sido el partido más difícil que he jugado en un mucho tiempo", agregó la estadounidense, quien en Nueva York va en busca de otra marca de la alemana: alcanzarla en 22 títulos de Grand Slam.
Hay una situación que llama la atención en la "Serena versión 2015" que va por los cuatro grandes. Su gran condición física. Por el estilo de juego y contextura física sería sencillo pensar que los partidos extensos son su punto débil. Error. La norteamericana ganó 18 de los 19 partidos que definió este año en el tercer set. Sólo se le escapó el cruce ante Belinda Bencic en Toronto, una de sus dos caídas en la temporada. Favor de hermana: Venus justamente fue quién sacó a la suiza en el US Open.
El ambiente del parque Corona Park vibra en cada actuación de Serena. No es un torneo más para ella, pero tampoco para la gente. El público se encuentra comprometido con la historia. Sufre, palpita, festeja. Todos tienen en mente el mismo final. Serena levantando la copa el sábado por la tarde y firmando el Grand Slam de calendario, siendo la primera en lograrlo desde la inauguración del estadio Arthur Ashe, con todo lo que ese nombre y su lucha social significa. Le da un tinte de aún más especial.
Sólo dos pasos la separan de que su nombre sea ligado entonces automáticamente a Steffi Graf, a quien enfrentó en dos ocasiones (1-1) en 1999. Justamente ese año fue el del retiro de la alemana. Un cambio de mando auténtico. "La verdad es que ha pasado mucho tiempo de aquellos partidos, pero me acuerdo que tenía un golpe de derecha increíble. Y su revés también era increíble porque tenía una muy buena bajada. Era atlética y muy rápida", se animó Serena a recordar a la histórica tenista germana. "Hizo un montón de cosas muy bien", resumió quedándose sin elogios a mano.
Pero lo cierto es que aún quedan pasos por recorrer para Serena en Nueva York. El próximo ante la sorprendente Roberta Vinci, quien accedió a los 32 años a las semifinales de un Gran Slam por primera vez en su carrera. En el historial, cuatro victorias en sets corridos. La última, hace unas semanas en las pistas duras de Toronto por 6-4 y 6-3. "Ella no está en las semifinales de un Grand Slam sin razón. Sabe qué hacer y a qué jugar, así que no voy a subestimarla. Voy a estar preparada para la ocasión", avisó la N°1 del mundo.
Serena, a dos pasos de la historia.
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