(Londres / Edición www.soloparatiradio.com) .- El suizo Roger Federer conquistó hoy su séptimo título de Wimbledon. Con su 4-6, 7-5, 6-3 y 6-4 sobre el británico Andy Murray, el suizo de 30 años será además desde mañana el nuevo número uno del tenis mundial.
Así, Federer igualó al británico William Renshaw y al estadounidense Pete Sampras, los únicos hasta ahora con siete títulos en el torneo más prestigioso del tenis mundial.
El suizo de 30 años incrementó, además, su récord de títulos de Grand Slam, porque ahora suma 17. Federer, sucesor del serbio Novak Djokovic como número uno del mundo, no ganaba uno de los grandes desde enero de 2010 en Australia. Mañana igualará a Sampras con 286 semanas como número uno, récord que superará siete días más tarde.
EMPEZÓ BIEN PARA MURRAY
Murray abría la final de una manera soñada: quebraba el servicio de Federer en el primer juego para situarse 2-0. El británico dominaba y después, con un saque seco a 210 kilómetros por hora sobre el cuerpo del suizo, el británico se llevaba por 6-4 su primer set en una final de Grand Slam.
El segundo parcial fue un saque a saque con oportunidades para ambos de quebrar el servicio del adversario. Pero no en vano Federer es quien es. Con Murray sacando 5-6 y 30-30 vio la oportunidad y la aprovechó con dos puntos de jerarquía: dos toques y el set en el bolsillo.
Entonces apareció uno de los grandes protagonistas de la historia de Wimbledon, la lluvia, que obligó a interrumpir el partido por media hora con Federer sacando 1-1 y 40-0 en el tercer set.
FEDERER VOLVIÓ MEJOR
El suizo volvió, ganó el punto y se situó 2-1. La final ya era otra, porque el techo traslucido filtraba la luz en forma uniforme sobre el césped, ya sin posibilidad de sombras, y el eco de la pelota llegaba hasta el último rincón de un estadio ensordecedor ante cada aplauso de los casi 15.000 espectadores.
Fue 6-3 para Federer con un ace. La final era ya psicológicamente suya tras dos horas y 40 minutos de batalla. Murray caminaba taciturno y el público bajaba los decibeles.
Un rato más tarde, y con el británico ya sin la agilidad ni la explosividad de los tres primeros sets, Federer quebró para 3-2 con un passing de revés cruzado y se encaminó con la fuerza de una locomotora hacia lo que hace unos meses pocos imaginaban: otro título de Grand Slam, nuevos récords y la cima del tenis mundial.
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