Federer y Nadal analizan en clave estratégica las situaciones que llevaron al 6-3 y 6-0
(Jorge Viale /ESPN / Edicion SPTR).- El cartel electrónico mostró el ace con la pelotita imaginaria que rompe un vidrio, y tardó unos segundos más en mostrar el "Match Point". El operario de esos mensajes al público se sienta a unos metros de los periodistas, podía vérsele tocando los botones como un pianista. Por esa pequeña demora en los videos, Roger Federer tuvo que esperar unos segundos más para sacar en el último punto.
Nadie en el O2 estaba preparado para que todo terminara tan rápido.
Fueron 60 minutos e incluyó un 6-0, el tercero que le hace el suizo a Rafael Nadal. Por más que el español viniera de una inactividad del circuito por minipretemporada en Manacor, era impensada una paliza semejante. Lo que sí podía adivinarse era que Roger llegaba en mejores condiciones, no sólo por los títulos en Basilea y París, sino también por el récord de 3-0 favorable ante Nadal en superficies sintéticas bajo techo.
Nadal lo había explicado en forma clara tras vencer a Mardy Fish: "Roger es superior en esta superficie, siempre se le ha dado mejor y por eso no le he podido ganar. Mi pelota suele quedar más corta y no pica tan alto como quisiera. Es difícil ponerlo a la defensiva. Además, no hay elementos que lo hagan sentir incómodo (viento, etcétera) y no pegar tan limpio. Cuando Federer tiene un impacto limpio de la bola es el mejor, y por eso bajo techo se siente muy a gusto".
Apenas 40 horas después, eso ocurrió. Federer parado en la línea de base, golpeando el drive como quien abre el brazo para pegar un puñetazo y luego lo cierra con la potencia del mejor noqueador. Los mínimos pasos de ajuste -se escuchaban los chirridos de las zapatillas de Roger- mientras el rival corría un metro detrás de la línea de base. Rafa intentaba apelar a su conocido tiro venenoso contra su clásico rival, el drive con top al revés, pero Federer tenía tiempo para correrse y pegar de drive. Si no, también castigar con el revés. Era tal el grado de confianza del suizo que logró tiros ganadores con el que, supuestamente, es su tiro falible.
"Nadal es uno de los mejores jugadores si le das una pelota muerta en la mitad de la cancha", explicó Federer. "Cualquier bola que no sea bien impactada o no sea golpeada con un propósito o a algún rincón de la cancha, será dominada por él. Creo que es el mejor, o de los dos o tres mejores de la historia, en ser capaz de sacar ventaja de esas pelotas que van al medio de la cancha sin mucha fuerza. Entonces, debes estar muy enfocado. Es lo que hice, le pegué a los rincones de la cancha y fue la clave", agregó.
El suizo ganó el doble de puntos, 54 contra 27, y el español no puso excusas. "Jugó demasiado bien para mí. Cuando Federer juega así, es mejor que yo, simplemente eso. Lo mejor es hacer tres puntos con tu saque por juego, y eso no ocurrió".
¿Cómo se detiene el vendaval Federer en un día lúcido del suizo? Nadal recurre al asunto servicio. Afirma que no jugó mal, que no sufría problemas gástricos como el domingo, y la clave para intentar complicar es el saque, lo cual no funcionó en el O2 Arena este martes.
"El siempre intenta jugar muy rápido contra mí en cualquier superficie, y lo ha hecho sin errores. La forma de mantenerse en partido es sacar bien, llegar al límite en 5-5 y ahí entran en juego diferentes factores. El ha jugado siempre con el resultado por arriba teniendo una sensación brillante", afirmó el español. El más importante de los "diferentes factores" es el historial entre ambos: Federer sabe que Nadal se le anima a todo, que no le teme como sucede con casi todos sus colegas.
Cuando la confianza es alta y encima de todo, la ventaja se logra rápido, hay más ánimo para ensayar tiros arriesgados y todo fluye. Por eso la sensación brillante de la que hablaba Nadal. Federer coincidió en este punto: "Los jugadores top sabemos llevar la delantera, como hizo Rafa en la final de Roland Garros 2008 (6-1, 6-3 y 6-0 para el español). Cuando te empieza a salir todo, es difícil frenar al jugador que va arriba". Roger funcionaba en el servicio (el abierto, que se escapa de la posición del receptor, era ponzoñoso), con la derecha y con el revés, tanto que casi no necesitó ir a volear o smashear; definía la historia antes de tiempo.
"Por lo menos tengo una superficie en la que domino yo contra Rafa. El clay es suyo", admitió el suizo, en una jornada que jamás olvidará, por la forma en que venció a su máximo adversario.
"En esta superficie no estoy preparado para llegar a su nivel", dijo Nadal, aunque se corrigió rápidamente: "No he estado preparado para llegar a su nivel". Sabe que tiene una chance ante Jo-Wilfried Tsonga -el ganador define quién pasa a semifinales- y por eso afirma que, desde este miércoles, ya estará "al 100% de actitud y entrega". Quizá tenga la chance de volver a enfrentarse con Federer en la final del domingo.
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